Posteado por: mvmspanish | enero 30, 2012

SI EN MI CORAZÓN HUBIESE YOU MIRADO A LA INIQUIDAD, EL SEÑOR NO ME HABRÍA ESCUCHADO – Salmo 66:18

“Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.” – Salmo 66:18

¿Por qué Dios no contesta las oraciones? Puede haber cualquier número de razones porque no responde a nuestra oración, el pecado es la mayor razón por la que nuestras oraciones no son contestadas. ¿Puede Dios responder a una oración, cuando no han confesado el pecado? ¿Él no va a responder a una oración, si hay malos pensamientos en nuestra mente?

La primera condición de Dios es que nuestro corazón debe estar puro. En Isaías 1:15 Dios dice: “Voy a ocultar mis ojos…No voy a escuchar.” El pecado en nuestro corazón cerrará el oído de Dios y cortará toda la comunicación con Él. No tiene sentido orar cuando estamos realizando un pecado en nuestra vida que aún no hemos reconocido o confesado. Isaías 59:1-2 dice: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.”

Para ayudarnos a entender mejor estos son algunos ejemplos de obstáculos a la oración:

Pecado no admitido y no arrepentido – En la carta a los Romanos, Pablo nos dice que “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Sí, todos pecamos, ¿pero tenemos pecado no admitido y no arrepentido en nuestra vida? Si es así, tenemos que confesar nuestros pecados, y arrepentirnos de la manera que nos manda en Hechos 17:30: Dios “ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;” si no lo hacemos, nuestras oraciones no van a ser oídas. (Salmo 66:18)

El egoísmo“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3). Tenemos que examinarnos a nosotros mismos y asegurarnos de que nuestras oraciones no son motivadas por los deseos egoístas. Si descubrimos que el egoísmo es un factor entonces tenemos que confesarlo y arrepentirnos.

La duda“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra” (Santiago 1:6). Todos dudamos y cuando lo hacemos debemos recordar al hombre que le dijo a Jesús: “Señor yo creo, ayuda mi incredulidad” (Marcos 9:24). Recuerde que Dios le ha dado una medida de  fe a todos los hombres (Romanos 12:3), por lo tanto, tenemos que confiar en Dios. Santiago 4:8 nos dice que: “Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros.” Dios es misericordioso y Él ayudará a los que confían en Él. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5-6)

Orgullo – Jesús habló del fariseo y el publicano que ambos estaban orando. El fariseo se jactó acerca de sí mismo, mientras que el publicano pidió por la misericordia de Dios. Jesús dijo en Lucas 18:14 en relación al publicano, “os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro.” Jesús nos muestra que la soberbia es un pecado y que dificulta la oración. “Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). Si usted es orgulloso, admítalo como pecado, arrepiéntase, y aprenda de Jesús cómo ser humilde.

Una mala relación – Si hay problemas con su familia, un amigo o conocido por el egoísmo, el orgullo, los argumentos, la ira, falta de perdón, o cualquier otro número de obstáculos que provocan conflictos entonces sus oraciones serán estorbadas. En Mateo 5:23-24 Jesús dijo: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”

Cuando el creyente vive en rebelión contra Dios, el pecado bloquea su capacidad de comunicarse con su Padre celestial (Salmo 66:18) y los coloca en una posición para ser disciplinados por el Señor (1 Corintios 11:32), para que no seamos condenados con el mundo. No debemos entristecer “al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30), porque “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:16)

La Biblia nos enseña que los creyentes deben “desechar la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” (Efesios 4:25-27)

Vamos, pues, tener en cuenta que Dios no va a responder a las oraciones de los creyentes si viven en pecado sin arrepentimiento o sin perdonar a otros. Jesús enseña a sus discípulos en Mateo 6:12, a “perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Y continúa en los versículos 14-15: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Consecuentemente, un creyente que está viviendo en pecado o no perdona a los demás ha bloqueado sus oraciones ya que están fuera de la comunión con el Padre.

¿Por lo tanto cómo podemos remediar esta situación? 1 Juan 1:9 lo dice claro: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Consiguientemente, tenemos que arrepentirnos, confesar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios y con aquellos que hemos ofendido.

 


Respuestas

  1. Gracias por la explicacion me encanto,

    • De nada Yelitza, que Dios la siga bendiciendo.

      • Gracias por dejarse guiar por el señor y ayudar a las personas como yo que necesita que nos aclaren algunas dudas. Dios les bendiga grandemente

      • De nada Margelys, el Señor es bueno y siempre nos ayuda cuando tenemos necesidades. Bendiciones


Deja un comentario

Categorías