“Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en sus corazones.” (2 Pedro 1:19)
La razón principal por la que podemos confiar en la profecía bíblica es que es “inspirada por Dios”, por el Creador del universo. Su Escritura es infalible, perfecta y verdadera. Fue escrito mediante letra de hombres por medio de la inspiración del Espíritu Santo. La profecía muestra que las Escrituras están inspiradas por Dios mismo porque predicen el futuro con precisión infalible antes de que suceda.
Más de trescientos pasajes del Antiguo Testamento se refieren a la primera venida del Mesías. Cubren Su linaje, nacimiento, vida, muerte y resurrección. Las probabilidades estadísticas, es decir, la probabilidad científicamente observable y comprobable de que estos eventos ocurran por casualidad, son una imposibilidad científica.
Echemos un vistazo a varios tipos de profecía:
Hay profecías literales, que son la forma más común. No necesita explicación y ocurre exactamente como se predijo.
- Isaías 7:14 nos dice: “Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.”
- Mateo 1:23 nos dice que esta profecía se cumplió exactamente como fue declarada: “He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel», que traducido significa: “Dios con nosotros.”
Luego están las profecías de línea de tiempo, que ocurren cuando se dan tantos días, meses o años desde un evento hasta que ocurre otro evento específico.
- Daniel 9:24-26 registra el número de días desde la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga el Mesías Príncipe.
- Luego, los cuatro relatos de los Evangelios (Mateo 21:1-17; Marcos 11:1-11; Lucas 19:29-40; Juan 12:12-19) muestran el cumplimiento de esta profecía. El propósito de Jesús al entrar a Jerusalén era hacer pública su afirmación de ser el Mesías y Rey de Israel, en cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento. Mateo dice que el Rey venia montado en un asno, en un pollino, hijo de asna, fue un cumplimiento exacto de Zacarías 9:9: “¡¡Regocíjate sobremanera, hija de Sión! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén! Tu Rey viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.”
Otro tipo es la profecía de doble cumplimiento, que se cumple en un momento de la historia y se volverá a cumplir de la misma manera en una fecha posterior:
- Daniel 11 describe un tipo de anticristo que colocaría una abominación en el Templo, que Antíoco Epífanes cumplió en 167 a.C.
- Mateo 24:14-15 declara la advertencia de Jesús de que la profecía de Daniel se cumpliría nuevamente en el Anticristo en los Últimos Tiempos.
Y otro tipo más es la profecía de doble propósito que se da y se cumple en un momento de la historia y también sirve como un tipo de profecía para el futuro, pero es una profecía totalmente diferente.
- Génesis 6:3-7, Dios advirtió al mundo sobre un diluvio mundial para juzgar el pecado.
- 2 Pedro 3:3-7, Él también usó esta profecía como una advertencia de que juzgará el pecado nuevamente. Esta vez, sin embargo, será el juicio final y sucederá con fuego.
Como vemos, se puede confiar en que la Biblia proviene de Dios a través de numerosos cumplimientos precisos, y también se puede confiar en que es exacta con respecto a predicaciones futuras. Las principales profecías aún por cumplir incluyen el arrebatamiento de la iglesia que es inminente (1 Corintios 15:51-58; 1 Tesalonicenses 5:13-18), los juicios de la tribulación de siete años (Apocalipsis 6 – 12), la segunda venida de Cristo en Armagedón (Apocalipsis 19), el reino de mil años (Apocalipsis 20:1-6), la derrota de Satanás y el juicio final (Apocalipsis 20:7-15), y los nuevos cielos y tierra (Apocalipsis 21 – 22) durante el cual todo el pueblo de Dios morará con Él por la eternidad.
Por lo tanto, queridos amigos, “cuando estas cosas empiecen a suceder, levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su redención” (Lucas 21:28).
Hoy podría ser “el día,” y debemos esperar que sea posible. Aun así, ven pronto Señor Jesús. . . Amén.
*******