TOMAR DECISIONES SABIAS – Proverbios 16:3

Encomienda al Señor tus acciones, y tus pensamientos serán afirmados. (Proverbios 16:3) 

La mayoría de nosotros cometemos errores porque no sabemos cuál es la elección o decisión correcta que debemos tomar. No decimos conscientemente: «Ahora voy a cometer un error.» Más bien, tendemos a cometer errores al ser descuidados con respecto a las necesidades o deseos de los demás, al no hacer las preguntas correctas o al no tomar en consideración todos los factores que es importante considerar. . . 

Cuando buscamos la sabiduría de Dios, Él nos lleva a tomar decisiones correctas, justas, equitativas y buenas no sólo para nosotros personalmente, sino para todos los involucrados. 

Jesús dijo a Sus discípulos, “todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” (Juan 14:13). Por lo tanto, el primer paso siempre debe ser presentar las preocupaciones y necesidades ante Dios en oración. Es importante señalar que el enfoque principal de Jesús no es conceder nuestras peticiones, sino glorificar al Padre. Si alguna petición no glorifica al Padre, entonces no es digna de ser pedida en el nombre de Cristo y debe evitarse. 

Pablo nos dice que “ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Hay mucha libertad en lo que puede glorificar a Dios una vez que estás en Cristo, por lo tanto, debemos orar y pedir orientación para elegir lo mejor de Dios para nosotros cuando tomamos decisiones. 

La Biblia es la forma principal en la que Dios nos habla. El Espíritu Santo puede mover algo dentro de nosotros, Dios puede guiarnos con las circunstancias, pero no hay obra de Dios en la vida de ningún creyente que no se ajuste a la palabra de Dios revelada en la Biblia. Por lo tanto, “no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto” (Romanos 12:2). 

Aquellos de nosotros en Cristo, que hemos puesto nuestras decisiones diarias ante Él, podemos elegir con confianza, sabiendo que parte de nuestra libertad es la seguridad de que Dios no permitirá que nada impida Su buena y perfecta voluntad. 

Muchos de nosotros pensamos que depende de nosotros decidir dónde estaremos dentro de cinco años, o incluso que depende de nosotros decidir exactamente qué haremos mañana, la próxima semana o el próximo año. 

Si reclamamos a Jesús como nuestro Señor, entonces esas decisiones dependen de Él, no de nosotros. Podemos hacer planes, y somos sabios al hacerlo, pero nuestros planes siempre deben ser el resultado de la oración y hacerse con total flexibilidad, de modo que si esto no es lo que Dios desea que hagamos, rápidamente alteraremos nuestro rumbo. 

Necesitamos recordar que las decisiones deben estar encomendadas a Dios. Todos nosotros tenemos decisiones diarias que tenemos que tomar. Somos falibles y cometeremos errores en el camino, pero cuando los basamos en consejos sabios y los encomendamos a Dios, Él los bendecirá. Y si tomamos decisiones equivocadas, Él sabe corregirlas y redimir nuestros errores. 

El libro de Proverbios nos recuerda repetidamente que busquemos consejo piadoso antes de decidir qué hacer. 

• Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria. (Proverbios 11:14)
• El camino del necio es recto a sus propios ojos, pero el que escucha consejos es sabio. (Proverbios 12:15)
• Todo hombre prudente obra con conocimiento, pero el necio ostenta necedad. (Proverbios 13:16)
• La sabiduría del prudente está en entender su camino, pero la necedad de los necios es engaño. (Proverbios 14:8)
• El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos. (Proverbios 14:15)
• Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan. (Proverbios 15:22) 

Necesitamos recordar que el amor de Dios por nosotros es inagotable y está más allá de cualquier forma de medición. No se puede multiplicar, sumar, dividir ni restar… pues Él estará a nuestro lado guiándonos, si confiamos y obedecemos. 

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